domingo, 24 de junio de 2018

Una vez más

¿Hola cómo estás? Después de tiempo nos venimos a encontrar, pero sabes... casi nada ha cambiado. Ahora me doy cuenta que las costumbres suelen imponerse y se encargan de generar sentimientos y emociones, que pueden variar el estado de ánimo de hasta el ser más descorazonado ¿Cómo permitiste esto? ¿Cómo empezaste a cimentar nuevas debilidades nuevas flaquezas? ¿te sientes más humano hoy? Sientes esperanza de encontrar la alegría, la felicidad sempiterna, sientes despertar esperando ver a alguien que te lleve a la felicidad con solo su mirada, que su tono de voz sea un modulador anímico... ¿Eso es más humano? Te sientes bien develando tu alma; tus sentimientos más profundos lo sencillo que es mostrarte débil y hasta casi un pusilánime. Todo eso hay detrás de esa seriedad inquebrantable que intentas usar cómo representante. Hoy la soledad te visita de nuevo, en teoría no deberían haber cambios, siempre tuvo un trono especial en tu mesa, pero que hiciste sentaste a una persona en su lugar y ahora que te visita, su presencia causa molestia, hoy no tiene dónde sentarse y su incomodidad no pasa desapercibida. No hay más sillas en la mesa y la cena está servida, que te queda ahora sacar el trono y cambiarlo por dos sillas -quizás a eso le llaman madurez- pues a empezar a darle la bienvenida, ya que estás solo en esta vida... todos los seres son temporales pero la soledad siempre viene con el mismo rostro y atuendo, hasta con ese aroma particular. Aprenderás a tener 3 sillas en la mesa y no un trono al lado de la cabecera, no sabes cuándo soledad vuelva, pero la próxima vez siempre tendrá su lugar y no sentirás más su incomodidad, no olvides tener 3 platos y cubiertos necesarios; mientras más equipada este tu cocina, más rápido se acabará la cena y podrás dormir sin preocupación y desánimos ¿será que es momento de madurar?